Reflexión sobre Control de peso, Calidad de vida y Gastronomía
Vamos a dedicar unos minutos a hablar de las interacciones entre estos tres conceptos ya que de su resultado depende en parte nuestro estado de “felicidad”.
Empecemos por el peso, hemos de reconocer que vivimos en un ambiente que no ayuda nada a tener un “peso adecuado” (falta de tiempo, horarios irregulares, disponibilidad de alimentos baratos muy calóricos, etc.) Se considera como “peso adecuado” el que sitúa nuestro IMC entre los valores 18,5 y 24,9 kg/m2, aclaremos esto para quien no esté familiarizado.
IMC son las siglas de índice de masa corporal y resulta de dividir el peso de un individuo entre su estatura expresada en metros y elevada al cuadrado, es el indicador aceptado para considerar si el peso de una persona es normal o tiene sobrepeso entre 24,9 y 29,9 kg/m2 u obesidad por encima de 30 kg/m2 .
Ejemplo, una persona que mide 1,62m y pesa 58kg su IMC sería: 58/(1,62)2=22,13kg/m2
No hay que confundir índice de masa corporal con masa muscular , precisamente, el fallo que tiene el considerar el IMC como indicador de peso adecuado es que no tiene en cuenta la masa muscular , así, puede darse el caso de que personas con IMC= 22kg/m2 que es considerado como ideal estén en peor situación que otras que tengan IMC 27kg/m2 si se da la circunstancia de que las primeras tengan una escasa masa muscular y en las segundas el exceso sobre 24,9kg/m2 sea debido a la masa muscular. Es decir, existe sobrepeso cuando hay un exceso de grasa, no un exceso de músculo.
Conocer estos datos es la forma de saber si estamos o no en situación real de sobrepeso, si lo estamos, surge la primera interacción con la Calidad de vida:
- Si no intervenimos, seguramente nuestro peso irá en aumento a lo largo de los años y repercutirá negativamente en nuestra calidad de vida aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes, ciertos tipos de cáncer, etc.
- Si lo hacemos de manera inadecuada también tendrá efectos negativos sobre nuestra salud a corto, medio o largo plazo, además de no tener resultados duraderos en el tiempo.
- Si lo hacemos de forma correcta pero pensando que forzosamente hay que renunciar al placer de comer, padeceremos cierto grado de sufrimiento que afectará a nuestra calidad de vida e incluso, a pesar de seguir unas pautas alimenticias adecuadas pueden inducirse trastornos del comportamiento alimentario.
¿Qué hacemos entonces? ¿Estamos perdidos?
Ni mucho menos, aquí viene a salvarnos la interacción con el tercer concepto, La Gastronomía, el arte de preparar los alimentos que componen nuestra dieta habitual de manera que resulten apetitosos.
Eso sí, utilizando técnicas de cocina para elaborar las recetas de manera que disminuya el contenido calórico del plato original. En sucesivos post iremos viendo estas técnicas y seguiremos añadiendo recetas.
Veréis como no está regañado bajar de peso manteniendo los resultados en el tiempo con disfrutar de la comida, los factores a considerar son:
¿Qué? : En principio, no hay ningún alimento que no se deba tomar.
¿Cómo? : La forma de preparación del alimento es fundamental, alimentos con muy poco contenido energético pueden convertirse en muy calóricos después de cocinados.
¿Quién? : Sí, hay que reconocerlo, en esto de engordar y adelgazar, como en tantas cosas de la vida, no todos somos iguales, hay quien come “lo que quiere” y está delgado y hay quien tiene serios problemas para mantener un peso razonable sin comer en exceso, podemos echar la culpa a nuestra genética y a la de los millones de microorganismos que viven en nuestro tubo pero debéis saber que aunque ambos jueguen en nuestra contra ,modificando nuestro estilo de vida tenemos ganada la batalla aunque algunos tengamos que hacer el esfuerzo y otros vengan “delgados de serie”.
¿Cuánto?: Hay que controlar el tamaño de la ración, en este aspecto, para quienes “comer en plato pequeño” es misión imposible cobra especial importancia la forma de cocinado ya que se puede preparar una ración generosa con un aporte calórico reducido.
¿Cuándo?: Estamos sujetos a ritmos circadianos, esto es, nuestra fisiología se adapta a periodos de 24h regidos por luz y oscuridad. Cambian nuestras constantes y la producción de hormonas y neurotransmisores. Además, hacia la tarde-noche nos preparamos para el descanso, por eso la cena debe ser más ligera, hay peor tolerancia a los hidratos de carbono porque baja la producción de insulina, esto no quiere decir que haya que caer en extremos, por ejemplo, no hay ningún problema en tomar una fruta de postre por la noche o tomar una sopa con fideos en la cena.
¿Con quién?: Siempre que sea posible, comer en compañía, también forma parte de nuestro patrón alimentario de Dieta Mediterránea que debemos recuperar, pero cuidado, ciertas compañías influyen en que comamos más y peor, no quiero decir que haya que seleccionar familiares y amigos por lo que comen, faltaría más, pero si podemos tratar de influir en mejorar los hábitos de aquellos que no los tengan tan buenos en lugar de que ocurra al revés.